Siete meses. Más tiempo del que muchos dedican a organizar su boda, y probablemente mucho más estresante. Es una investigadora brillante en tratamientos contra el cáncer, pero ha terminado dedicando más tiempo a buscar financiación que a investigar realmente.
El sistema funciona de manera inversa. Se necesita financiación para investigar, pero para obtenerla hay que demostrar que la investigación funcionará, algo imposible sin realizar antes el trabajo.
Mientras tanto, hay youtubers que consiguen 100.000 dólares en un fin de semana contando granos de arroz gracias al crowdfunding. El contraste es abrumador.
En el ecosistema cripto, empieza a consolidarse el movimiento DeSci (Ciencia Descentralizada), que busca resolver la financiación científica utilizando criptomonedas y tecnología blockchain.
Antes de que lo descartes, escúchame: podría funcionar.
Pongamos sobre la mesa lo defectuoso que es el sistema actual. La financiación científica tradicional requiere que los investigadores presenten propuestas detalladas sobre sus estudios, las envíen a organismos públicos o empresas y esperen de 6 a 18 meses una respuesta. La mayoría se rechazan. Y las que se aprueban suelen estar tan condicionadas que los científicos terminan atrapados en tareas administrativas, alejados de la investigación.
Todo el proceso busca minimizar el riesgo, lo que parece sensato hasta que se comprende que los grandes avances científicos son, por naturaleza, arriesgados. Los descubrimientos clave, de los antibióticos a internet, surgieron de caminos inesperados que ningún comité de ayudas habría financiado inicialmente.
También hay un problema con la publicación de resultados. Los investigadores deben publicar en revistas especializadas muy costosas, que imponen tarifas desorbitadas y luego ocultan los resultados tras muros de pago. Así, los estudios financiados con fondos públicos quedan fuera del alcance de quienes pagan esos impuestos.
¿El resultado? Científicos brillantes desperdician años luchando contra la burocracia en vez de resolver problemas. Investigaciones relevantes se retrasan o nunca arrancan. Y el público, que sostiene la ciencia básica con sus impuestos, queda excluido de los avances que ha financiado.
Llega la Ciencia Descentralizada
DeSci traslada los principios cripto a la investigación científica. En vez de solicitar fondos a comités de subvenciones, los investigadores recurren directamente al crowdfunding de quienes confían en su trabajo. En vez de ocultar la investigación tras muros de pago, los resultados se publican en blockchains accesibles para todos.
La idea despegó cuando el cofundador de Ethereum Vitalik Buterin y el ex CEO de Binance Changpeng Zhao lo abordaron en varios congresos. Cuando las figuras más reconocidas de cripto ponen el foco en algo, suele indicar que la infraestructura está lista para su adopción real.
En la práctica, el sistema es el siguiente: los investigadores crean tokens asociados a sus proyectos. Los interesados los adquieren y financian así la investigación. Si los estudios fructifican y derivan en hallazgos lucrativos, los titulares de los tokens participan en los beneficios.
Ya no es solo teórico. Empresas reales están desarrollando la infraestructura de la ciencia descentralizada.
Por ejemplo, BIO Protocol, uno de los principales referentes. Respaldado por lo que fue Binance Labs, dispone de gran capacidad financiera. BIO crea los llamados “BioDAOs”: clubes de inversión que financian investigación biotecnológica por crowdfunding. En vez de que unos pocos grandes inversores decidan el desarrollo de tratamientos contra el cáncer, miles de personas pueden reunir sus fondos y votar la dirección de los estudios.
Existen también Molecule y VitaDAO, centrados en investigación sobre longevidad. Han tokenizado la propiedad intelectual, de modo que al compartir hallazgos los investigadores reparten la titularidad entre todos los financiadores. Actualmente impulsan, por ejemplo, investigaciones sobre envejecimiento en Newcastle University y estudios de longevidad en la University of Copenhagen.
Las cifras empiezan a ser notables. Estas plataformas gestionan millones de dólares en financiación para investigación, y algunos proyectos individuales recaudan cientos de miles a través de la venta de tokens. Aún es pequeño frente al sistema tradicional, pero la tendencia es alcista.
Cuanto más analizo DeSci, más evidente se hace su sentido. La ciencia siempre se ha construido en colaboración. Los investigadores se apoyan en trabajos previos, comparten datos y peer review los resultados. La blockchain está diseñada para el trabajo abierto y colaborativo.
La financiación tradicional genera incentivos perversos. Los investigadores se ven obligados a sobrevalorar sus resultados para conseguir ayudas, lo que desincentiva explorar terrenos inciertos aunque prometedores. DeSci revierte esto premiando la transparencia y la publicación de todos los datos, incluidos los experimentos fallidos que pueden evitar errores a otros.
Además, el acceso global es clave. Un investigador con una idea pionera en Nigeria puede recaudar fondos de cualquier parte del mundo sin la necesidad de contactos en universidades occidentales o en agencias de subvenciones. Eso democratiza el avance científico.
La transparencia está garantizada. Si la investigación se financia con tokens blockchain, cualquiera sabe en qué se gasta cada euro. Desaparece la duda sobre si el dinero va realmente a ciencia o a la administración.
Por supuesto, hay riesgos. El más preocupante es el control de calidad. El peer review tradicional, pese a sus carencias, filtra parte de la investigación de mala calidad. En un entorno descentralizado, ¿cómo evitar que se financie pseudociencia?
La volatilidad también es una cuestión seria. Si financias una investigación sobre cáncer de cinco años con tokens cripto, ¿qué ocurre si el valor cae un 90%? La ciencia a largo plazo requiere estabilidad financiera.
Y está el reto regulatorio. La mayoría de países tienen normativas complejas para la investigación médica, el desarrollo farmacéutico y la propiedad intelectual. La investigación tokenizada aún no encaja del todo en esos marcos legales.
Además, lo cierto es que la mayoría de los científicos no son expertos en cripto. Pedirles que dominen de pronto tokenomics y gobernanza DAO supone una exigencia considerable.
Sin embargo, DeSci está cogiendo fuerza. La infraestructura evoluciona, la financiación crece y los sistemas tradicionales se atascan más y más. Si las agencias de subvenciones tardan 18 meses en aprobar fondos para proyectos urgentes, mientras que el crowdfunding cripto lo consigue en días, la diferencia es sustancial.
Los primeros proyectos se enfocan en biotecnología y longevidad, algo lógico porque su potencial comercial es claro. Si financias la investigación que desemboca en un nuevo fármaco, puedes compartir los beneficios como titular de tokens. Pero el modelo podría aplicarse a cualquier investigación susceptible de generar valor.
Estamos en los albores de algo relevante. No porque cripto vaya a arrinconar de inmediato la financiación científica tradicional, sino porque abre una vía alternativa más ágil, transparente y accesible a escala global.
El reto será ver si los proyectos DeSci generan avances reales y no solo dinero. Dado el deterioro del sistema tradicional, merece la pena probar nuevas vías.
Esto no ha hecho más que empezar. DeSci es un sector en pleno movimiento, con proyectos nuevos constantemente y financiación real entrando en investigaciones auténticas. La convergencia entre cripto y financiación científica está generando oportunidades que ni existían hace un año.
Me propongo sumergirme en este ámbito en las próximas semanas. Quiero comprender qué proyectos aportan valor, hacia dónde va el capital y si todo esto está generando avances concretos. Hay decenas de propuestas DeSci, desde la búsqueda de fármacos con IA hasta registros médicos descentralizados; la mayoría aún son desconocidas.
Si te interesa cómo la tecnología puede solucionar uno de los problemas fundamentales de la sociedad —el modo en que financiamos la investigación que potencia el progreso humano— permanece atento. Vamos a explorar lo que puede ser la aplicación más relevante de la blockchain hasta la fecha:
Conseguir una ciencia más eficiente para todos. ¡LFG!!! 🚀