Título original: La economía de las máquinas ha llegado y los bots tienen billeteras
Autor original: Paige Xu
Origen del texto:
Compilador: Daisy, Mars Finance
Todos estamos familiarizados con el hecho de que un pasajero de Uber Eats entrega un burrito a través de un flujo de tráfico con un toque en su teléfono. Pero si la próxima entrega no la hace un ciclista humano, sino un robot que depende de los sensores y la IA para caminar por la acera, o si un robot humanoide te lleva de un vehículo autónomo a tu mano, esto resuelve el problema de la "última milla". Y la sutileza de esta experiencia se encuentra detrás de las escenas que no puedes ver.
A medida que el robot se desplaza por la ciudad, no solo realiza entregas, sino que también realiza una serie de acciones económicas en tiempo real: pagar los peajes de las carreteras inteligentes privadas con dólares on-chain; Aconseje al oráculo de navegación descentralizada la ruta de desvío óptima; Micropago completo y reposición rápida de energía en pilas de carga solar; En el momento en que se entrega el paquete, la tarifa de servicio se deposita automáticamente en su bóveda en la cadena, el prototipo del comercio de máquina a máquina (M2M).
Máquina principal con billetera
Durante la última década, hemos dado a los algoritmos la autonomía para recomendar música, filtrar noticias y operar con acciones. Hoy en día, estamos poniendo la autonomía económica en manos de las máquinas: a través de las finanzas descentralizadas (DeFi), los contratos inteligentes y las API legibles por máquina, las billeteras digitales permiten a las máquinas negociar términos en tiempo real con estaciones de carga, proveedores de servicios y similares: obtenga ingresos a través de entregas, recopilación de datos y más; Gaste su propio dinero en necesidades operativas como combustible y mantenimiento. En esencia, los robots se han transformado de herramientas en agentes con el estatus de agentes económicos.
El auge de la fuerza laboral sintética
Durante siglos, "trabajo" siempre ha significado que los humanos realizan labores a cambio de una remuneración. Hoy estamos siendo testigos del nacimiento de la fuerza laboral sintética: robots y agentes de IA ganan ingresos a través de servicios en cadena, incluso logrando autosuficiencia. Los robots de entrega pueden elegir pedidos de alta remuneración según la demanda del mercado; los drones ajustan dinámicamente los precios de servicio en situaciones de crisis climática; los abogados de IA pueden competir por microcontratos para revisiones de cumplimiento urgentes de nuevas empresas. Estos agentes inteligentes que nunca se ausentan están remodelando la naturaleza del trabajo y la forma de crear valor.
Kevin Leffew, responsable de AgentKit en la plataforma de desarrolladores de Coinbase, señala que estamos entrando en una nueva era en la que las máquinas ya no son solo herramientas, sino que se convierten en participantes económicos. Cuando el software puede generar ingresos, gastar de forma autónoma e incluso operar de manera independiente, la lógica de participación en el mercado ha experimentado un cambio estructural.
¿Quién se beneficia? ¿Quién es reemplazado?
Si los robots de reparto pueden obtener ingresos, ¿a dónde irá el dinero? ¿Empresa? ¿Una organización DAO para robots? ¿Usuario? O... ¿No es propiedad de nadie? Cuando las máquinas pueden realizar transacciones, pagar, cargar y colaborar mucho más rápido que los humanos, ¿qué sucede con los humanos reemplazados? Si bien la economía de las máquinas es más eficiente, también puede expulsar a los humanos de la cadena de valor. Necesitamos construir un nuevo tipo de modelo de propiedad: ¿Deberían los ciudadanos participar en los robots operativos de la ciudad? ¿Los robots de reparto están sujetos a impuestos locales? ¿Deberían los usuarios ser recompensados con tokens por recibir mensajeros?
El costo invisible detrás de la conveniencia
La visión de la "economía de máquinas autónomas" es tentadora: sin intermediarios, eliminando por completo la ineficiencia. Estas máquinas que pueden ganar dinero, consumir y optimizarse de manera autónoma son como una fusión de Uber Eats, DeFi y "Wall-E". Pero si algún día un dron de entrega aumenta su precio durante las horas pico, no por malicia, sino simplemente como un comportamiento racional de búsqueda de ganancias, ¿cómo debemos responder? Cuando las máquinas reescriben las reglas del mercado a través de cada microtransacción, el código es trabajo, la billetera es autonomía y los datos son moneda.
Si no se delimitan los límites pronto, el próximo robot que toque a tu puerta podría no solo entregar paquetes, sino que podría querer comprar tu casa.
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Hemos enseñado a la IA a pensar, ahora han aprendido a regatear—y los humanos se han convertido en el Costo de la transacción
Título original: La economía de las máquinas ha llegado y los bots tienen billeteras
Autor original: Paige Xu
Origen del texto:
Compilador: Daisy, Mars Finance
Todos estamos familiarizados con el hecho de que un pasajero de Uber Eats entrega un burrito a través de un flujo de tráfico con un toque en su teléfono. Pero si la próxima entrega no la hace un ciclista humano, sino un robot que depende de los sensores y la IA para caminar por la acera, o si un robot humanoide te lleva de un vehículo autónomo a tu mano, esto resuelve el problema de la "última milla". Y la sutileza de esta experiencia se encuentra detrás de las escenas que no puedes ver.
A medida que el robot se desplaza por la ciudad, no solo realiza entregas, sino que también realiza una serie de acciones económicas en tiempo real: pagar los peajes de las carreteras inteligentes privadas con dólares on-chain; Aconseje al oráculo de navegación descentralizada la ruta de desvío óptima; Micropago completo y reposición rápida de energía en pilas de carga solar; En el momento en que se entrega el paquete, la tarifa de servicio se deposita automáticamente en su bóveda en la cadena, el prototipo del comercio de máquina a máquina (M2M).
Máquina principal con billetera
Durante la última década, hemos dado a los algoritmos la autonomía para recomendar música, filtrar noticias y operar con acciones. Hoy en día, estamos poniendo la autonomía económica en manos de las máquinas: a través de las finanzas descentralizadas (DeFi), los contratos inteligentes y las API legibles por máquina, las billeteras digitales permiten a las máquinas negociar términos en tiempo real con estaciones de carga, proveedores de servicios y similares: obtenga ingresos a través de entregas, recopilación de datos y más; Gaste su propio dinero en necesidades operativas como combustible y mantenimiento. En esencia, los robots se han transformado de herramientas en agentes con el estatus de agentes económicos.
El auge de la fuerza laboral sintética
Durante siglos, "trabajo" siempre ha significado que los humanos realizan labores a cambio de una remuneración. Hoy estamos siendo testigos del nacimiento de la fuerza laboral sintética: robots y agentes de IA ganan ingresos a través de servicios en cadena, incluso logrando autosuficiencia. Los robots de entrega pueden elegir pedidos de alta remuneración según la demanda del mercado; los drones ajustan dinámicamente los precios de servicio en situaciones de crisis climática; los abogados de IA pueden competir por microcontratos para revisiones de cumplimiento urgentes de nuevas empresas. Estos agentes inteligentes que nunca se ausentan están remodelando la naturaleza del trabajo y la forma de crear valor.
Kevin Leffew, responsable de AgentKit en la plataforma de desarrolladores de Coinbase, señala que estamos entrando en una nueva era en la que las máquinas ya no son solo herramientas, sino que se convierten en participantes económicos. Cuando el software puede generar ingresos, gastar de forma autónoma e incluso operar de manera independiente, la lógica de participación en el mercado ha experimentado un cambio estructural.
¿Quién se beneficia? ¿Quién es reemplazado?
Si los robots de reparto pueden obtener ingresos, ¿a dónde irá el dinero? ¿Empresa? ¿Una organización DAO para robots? ¿Usuario? O... ¿No es propiedad de nadie? Cuando las máquinas pueden realizar transacciones, pagar, cargar y colaborar mucho más rápido que los humanos, ¿qué sucede con los humanos reemplazados? Si bien la economía de las máquinas es más eficiente, también puede expulsar a los humanos de la cadena de valor. Necesitamos construir un nuevo tipo de modelo de propiedad: ¿Deberían los ciudadanos participar en los robots operativos de la ciudad? ¿Los robots de reparto están sujetos a impuestos locales? ¿Deberían los usuarios ser recompensados con tokens por recibir mensajeros?
El costo invisible detrás de la conveniencia
La visión de la "economía de máquinas autónomas" es tentadora: sin intermediarios, eliminando por completo la ineficiencia. Estas máquinas que pueden ganar dinero, consumir y optimizarse de manera autónoma son como una fusión de Uber Eats, DeFi y "Wall-E". Pero si algún día un dron de entrega aumenta su precio durante las horas pico, no por malicia, sino simplemente como un comportamiento racional de búsqueda de ganancias, ¿cómo debemos responder? Cuando las máquinas reescriben las reglas del mercado a través de cada microtransacción, el código es trabajo, la billetera es autonomía y los datos son moneda.
Si no se delimitan los límites pronto, el próximo robot que toque a tu puerta podría no solo entregar paquetes, sino que podría querer comprar tu casa.
¿Y sabes qué es lo más sorprendente?
Ya tiene lista la billetera para el pago.