Título original: Alto el fuego entre Israel y Palestina, el Bitcoin rebota violentamente, ¿cuál es el siguiente paso?
Justo cuando los mercados globales caían en pánico por la preocupación de que el conflicto entre Estados Unidos e Irán se intensificara, un mensaje del ex presidente estadounidense Donald Trump llegó como un "salvador del cielo". El 23 de junio, Trump declaró que su archienemigo Israel e Irán habían llegado a un acuerdo para un "cese al fuego total y completo".
Con la aparición de la noticia, el mercado dio un giro inmediato. Los futuros del petróleo, que habían caído drásticamente debido al pánico por la guerra, borraron instantáneamente la prima de riesgo; mientras que el bitcoin, como representante de los activos de riesgo, protagonizó un emocionante ataque en forma de V, saltando con fuerza desde el abismo de la venta por pánico y superando la barrera de los 106,000 dólares. Esta celebración, encendida por las "expectativas de paz", hizo que innumerables operadores creyeran que lo peor ya había pasado.
Sin embargo, cuando las burbujas de champán de la celebración aún no se han disipado, la euforia del mercado se ve desafiada por la dura realidad que llega a continuación. Este frágil acuerdo de paz, ¿es realmente el final del conflicto o el preludio de una tormenta aún mayor? Tras experimentar un rebote violento, tanto el mercado como los inversores se enfrentan a una pregunta central: ¿Cuál es el siguiente paso?
¿Un acuerdo que nunca existió?
Para prever la dirección del siguiente paso, primero es necesario analizar los diferentes cálculos de Estados Unidos, Irán e Israel detrás de este llamado acuerdo de alto el fuego. Este acuerdo, que a primera vista parece claro, ha estado lleno de tonos discordantes y demandas de intereses contradictorios desde su nacimiento; su vulnerabilidad interna es clave para entender la situación actual.
La "negación categórica" de Irán: justo cuando el mercado aún estaba interpretando los rumores de que "funcionarios de alto nivel de Irán habían acordado un acuerdo", el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán emitió una declaración oficial decisiva el 24 de junio, desmantelando por completo las ilusiones del mercado. Afirmó claramente que, hasta ahora, no ha habido ningún "acuerdo" entre Israel e Irán para un alto el fuego o para detener las acciones militares. Esta negación oficial significa que el supuesto "acuerdo de alto el fuego" carecía desde el principio del reconocimiento por parte de Irán, su fundamento es más débil de lo que el exterior imagina, e incluso podría no existir en absoluto.
La "prisa por lograr resultados" de Estados Unidos: el gobierno de Trump anunció públicamente un alto el fuego, cuya motivación proviene más de las dificultades internas de Washington. Las últimas encuestas muestran que hasta el 84% del público estadounidense se siente preocupado por la escalada del conflicto, y esta poderosa emoción de "aversión a la guerra" está erosionando directamente la ya disminuida tasa de apoyo a Trump. En este contexto, facilitar un alto el fuego, aunque sea solo superficial, es una necesidad urgente para desviar la presión política interna y crear una imagen de "artífice de la paz". Sin embargo, este cálculo político apresurado podría llevarlo a anunciar prematuramente este acuerdo sin haber obtenido compromisos claros y firmes de las partes, especialmente de Israel.
"El silencio y el código de Israel": en este juego de tres partes, el papel más crucial y también el más inquietante es, sin duda, el de Israel. La reacción del Primer Ministro Netanyahu tras el anuncio del alto el fuego —ni confirmando ni negando, sino imponiendo una severa "orden de silencio"— es en sí misma una señal extremadamente peligrosa. En el contexto político de Israel, este tipo de acción suele significar que existen grandes divisiones dentro del gabinete de guerra, o que se está gestando una importante acción militar en el siguiente paso. El gobierno de Netanyahu enfrenta una gran presión por parte de las fuerzas de extrema derecha dentro de su coalición gobernante; cualquier forma de alto el fuego "prematuro" podría ser vista como una debilidad, socavando así su base de poder.
¿La ilusión de la paz?
La lógica de funcionamiento del mercado es simple y cruel: se comercia con expectativas. La razón por la que Bitcoin pudo llevar a cabo un repunte en forma de V es completamente porque el mercado construyó en un tiempo muy corto una cadena narrativa optimista completa: alto el fuego → caída de los precios del petróleo → alivio de la presión inflacionaria → la Reserva Federal obtiene espacio para recortar tasas → se reaviva la expectativa de flexibilización de la liquidez.
Sin embargo, el primer eslabón de esta cadena, es decir, el "alto el fuego", es en sí mismo un castillo construido sobre la arena.
Justo cuando el mercado estaba inmerso en el carnaval del "dividendo de la paz", dos noticias urgentes de Oriente Medio, como dos cuencas de agua helada, despertaron a todos los inversores optimistas. En la madrugada del 24 de junio, hora de Pekín, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió repentinamente a los miembros de su gabinete que no hicieran ningún comentario sobre el acuerdo de alto el fuego por el momento. Docenas de minutos después, llegaron noticias aún más alarmantes: se escucharon explosiones en Teherán, la capital de Irán, sonaron sirenas de ataque aéreo en el cielo nocturno y funcionarios iraníes confirmaron que su sistema de defensa estaba luchando contra los ataques aéreos de Israel. El fantasma de la paz, desgarrado sin piedad por el sonido de los disparos de artillería en la realidad.
Es extraño que, a pesar de que las expectativas de paz se han roto abiertamente, el precio de Bitcoin no ha colapsado como se esperaba, sino que se ha mantenido obstinadamente en niveles altos tras el rebote. Este es precisamente el enigma más central del mercado actual. Esta resistencia no significa que el mercado ignore los riesgos, sino que refleja una compleja lucha psicológica extrema:
El mercado puede considerar que el "golpe final" de Israel es una acción táctica previsible, destinada a "salvar las apariencias", y no una reanudación de la guerra total. Los traders pueden estar apostando a que esta explosión es el punto final del conflicto anterior, y no el inicio del siguiente. Mientras no haya tropas terrestres involucradas y no se produzcan ciclos de represalias más intensos, el mercado está dispuesto a creer que esto es solo un "procedimiento", una actuación que Netanyahu debe llevar a cabo para apaciguar a los halcones en casa.
¿Cuál es el siguiente paso? Tres posibles escenarios
Después de experimentar esta montaña rusa de emociones que va de la euforia al pánico, Bitcoin y los mercados globales se encuentran en una encrucijada. La dirección que tomará a continuación dependerá de la delicada interacción entre la geopolítica, la macroeconomía y el sentimiento del mercado. Creemos que en el futuro podrían surgir los siguientes tres escenarios:
Escenario 1: Una tendencia en forma de "W" de una doble caída. Esta es la posibilidad más pesimista. Si la explosión en Teherán desencadena una represalia sustancial por parte de Irán, lo que lleva a una espiral de conflicto cada vez mayor, la narrativa optimista del mercado colapsará por completo. Los precios del petróleo volverán a subir, los temores de inflación se reavivarán y las esperanzas de recorte de tipos de la Fed se desvanecerán. En este caso, el precio de bitcoin comenzará inevitablemente una segunda ronda de descenso, probando el nivel de soporte clave de USD 92,000 o incluso USD 81,000 en el período anterior.
Escenario 2: El "frágil equilibrio" de la consolidación de alto nivel. Este es un escenario que está ocurriendo actualmente. Si bien reconocen la fragilidad del alto el fuego, los mercados han optado por creer que la intensidad del conflicto seguirá siendo "manejable" y no se convertirá en una guerra a gran escala que requeriría la participación masiva de Estados Unidos. En previsión de una "guerra no catastrófica", el precio del bitcoin puede permanecer por encima de los 100.000 dólares. El mercado entrará en un modo de "escucha al viento", que será extremadamente sensible a cualquier viento y hierba de Oriente Medio, y el precio oscilará entre la esperanza y el miedo.
Escenario tres: la "nueva normalidad" de lento ascenso. Esta es la posibilidad más optimista, pero también la de menor probabilidad. Si el ataque de Israel resulta ser el "golpe final" y Irán elige la paciencia o solo responde simbólicamente, la situación en la región entrará en un período relativamente tranquilo. Esto reforzará las expectativas del mercado sobre un "recorte de tasas por parte de la Reserva Federal". En este caso, Bitcoin podría liberarse de la influencia geopolítica directa y regresar a una trayectoria de lento ascenso dominada por la liquidez macro y la oferta y demanda interna (como el flujo de fondos de ETF), ascendiendo gradualmente.
Para determinar hacia dónde se dirigirá el mercado, los inversores deben prestar atención a los siguientes indicadores clave:
La tendencia del precio del petróleo (WTI): Este es el termómetro más directo para medir el riesgo geopolítico.
Índice del dólar (DXY): Refleja los cambios en las expectativas del mercado sobre la política de la Reserva Federal.
Declaración oficial: Cualquier declaración formal de la Casa Blanca, el Pentágono y la Oficina del Primer Ministro de Israel.
Dinámicas militares: Cualquier nuevo indicio de concentración militar o conflicto en la región de Oriente Medio.
La tormenta no ha pasado. Después de una falsa celebración, el mundo está conteniendo la respiración. El próximo paso de Bitcoin será escrito por el humo disipado sobre Teherán y las decisiones en la sala de reuniones de la Reserva Federal en Washington.
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
¿Hacia dónde va después de la violenta rebote del Bitcoin tras el alto el fuego entre Israel y Palestina?
Escrito por: Luke, Mars Finance
Título original: Alto el fuego entre Israel y Palestina, el Bitcoin rebota violentamente, ¿cuál es el siguiente paso?
Justo cuando los mercados globales caían en pánico por la preocupación de que el conflicto entre Estados Unidos e Irán se intensificara, un mensaje del ex presidente estadounidense Donald Trump llegó como un "salvador del cielo". El 23 de junio, Trump declaró que su archienemigo Israel e Irán habían llegado a un acuerdo para un "cese al fuego total y completo".
Con la aparición de la noticia, el mercado dio un giro inmediato. Los futuros del petróleo, que habían caído drásticamente debido al pánico por la guerra, borraron instantáneamente la prima de riesgo; mientras que el bitcoin, como representante de los activos de riesgo, protagonizó un emocionante ataque en forma de V, saltando con fuerza desde el abismo de la venta por pánico y superando la barrera de los 106,000 dólares. Esta celebración, encendida por las "expectativas de paz", hizo que innumerables operadores creyeran que lo peor ya había pasado.
Sin embargo, cuando las burbujas de champán de la celebración aún no se han disipado, la euforia del mercado se ve desafiada por la dura realidad que llega a continuación. Este frágil acuerdo de paz, ¿es realmente el final del conflicto o el preludio de una tormenta aún mayor? Tras experimentar un rebote violento, tanto el mercado como los inversores se enfrentan a una pregunta central: ¿Cuál es el siguiente paso?
¿Un acuerdo que nunca existió?
Para prever la dirección del siguiente paso, primero es necesario analizar los diferentes cálculos de Estados Unidos, Irán e Israel detrás de este llamado acuerdo de alto el fuego. Este acuerdo, que a primera vista parece claro, ha estado lleno de tonos discordantes y demandas de intereses contradictorios desde su nacimiento; su vulnerabilidad interna es clave para entender la situación actual.
La "negación categórica" de Irán: justo cuando el mercado aún estaba interpretando los rumores de que "funcionarios de alto nivel de Irán habían acordado un acuerdo", el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán emitió una declaración oficial decisiva el 24 de junio, desmantelando por completo las ilusiones del mercado. Afirmó claramente que, hasta ahora, no ha habido ningún "acuerdo" entre Israel e Irán para un alto el fuego o para detener las acciones militares. Esta negación oficial significa que el supuesto "acuerdo de alto el fuego" carecía desde el principio del reconocimiento por parte de Irán, su fundamento es más débil de lo que el exterior imagina, e incluso podría no existir en absoluto.
La "prisa por lograr resultados" de Estados Unidos: el gobierno de Trump anunció públicamente un alto el fuego, cuya motivación proviene más de las dificultades internas de Washington. Las últimas encuestas muestran que hasta el 84% del público estadounidense se siente preocupado por la escalada del conflicto, y esta poderosa emoción de "aversión a la guerra" está erosionando directamente la ya disminuida tasa de apoyo a Trump. En este contexto, facilitar un alto el fuego, aunque sea solo superficial, es una necesidad urgente para desviar la presión política interna y crear una imagen de "artífice de la paz". Sin embargo, este cálculo político apresurado podría llevarlo a anunciar prematuramente este acuerdo sin haber obtenido compromisos claros y firmes de las partes, especialmente de Israel.
"El silencio y el código de Israel": en este juego de tres partes, el papel más crucial y también el más inquietante es, sin duda, el de Israel. La reacción del Primer Ministro Netanyahu tras el anuncio del alto el fuego —ni confirmando ni negando, sino imponiendo una severa "orden de silencio"— es en sí misma una señal extremadamente peligrosa. En el contexto político de Israel, este tipo de acción suele significar que existen grandes divisiones dentro del gabinete de guerra, o que se está gestando una importante acción militar en el siguiente paso. El gobierno de Netanyahu enfrenta una gran presión por parte de las fuerzas de extrema derecha dentro de su coalición gobernante; cualquier forma de alto el fuego "prematuro" podría ser vista como una debilidad, socavando así su base de poder.
¿La ilusión de la paz?
La lógica de funcionamiento del mercado es simple y cruel: se comercia con expectativas. La razón por la que Bitcoin pudo llevar a cabo un repunte en forma de V es completamente porque el mercado construyó en un tiempo muy corto una cadena narrativa optimista completa: alto el fuego → caída de los precios del petróleo → alivio de la presión inflacionaria → la Reserva Federal obtiene espacio para recortar tasas → se reaviva la expectativa de flexibilización de la liquidez.
Sin embargo, el primer eslabón de esta cadena, es decir, el "alto el fuego", es en sí mismo un castillo construido sobre la arena.
Justo cuando el mercado estaba inmerso en el carnaval del "dividendo de la paz", dos noticias urgentes de Oriente Medio, como dos cuencas de agua helada, despertaron a todos los inversores optimistas. En la madrugada del 24 de junio, hora de Pekín, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió repentinamente a los miembros de su gabinete que no hicieran ningún comentario sobre el acuerdo de alto el fuego por el momento. Docenas de minutos después, llegaron noticias aún más alarmantes: se escucharon explosiones en Teherán, la capital de Irán, sonaron sirenas de ataque aéreo en el cielo nocturno y funcionarios iraníes confirmaron que su sistema de defensa estaba luchando contra los ataques aéreos de Israel. El fantasma de la paz, desgarrado sin piedad por el sonido de los disparos de artillería en la realidad.
Es extraño que, a pesar de que las expectativas de paz se han roto abiertamente, el precio de Bitcoin no ha colapsado como se esperaba, sino que se ha mantenido obstinadamente en niveles altos tras el rebote. Este es precisamente el enigma más central del mercado actual. Esta resistencia no significa que el mercado ignore los riesgos, sino que refleja una compleja lucha psicológica extrema:
El mercado puede considerar que el "golpe final" de Israel es una acción táctica previsible, destinada a "salvar las apariencias", y no una reanudación de la guerra total. Los traders pueden estar apostando a que esta explosión es el punto final del conflicto anterior, y no el inicio del siguiente. Mientras no haya tropas terrestres involucradas y no se produzcan ciclos de represalias más intensos, el mercado está dispuesto a creer que esto es solo un "procedimiento", una actuación que Netanyahu debe llevar a cabo para apaciguar a los halcones en casa.
¿Cuál es el siguiente paso? Tres posibles escenarios
Después de experimentar esta montaña rusa de emociones que va de la euforia al pánico, Bitcoin y los mercados globales se encuentran en una encrucijada. La dirección que tomará a continuación dependerá de la delicada interacción entre la geopolítica, la macroeconomía y el sentimiento del mercado. Creemos que en el futuro podrían surgir los siguientes tres escenarios:
Escenario 1: Una tendencia en forma de "W" de una doble caída. Esta es la posibilidad más pesimista. Si la explosión en Teherán desencadena una represalia sustancial por parte de Irán, lo que lleva a una espiral de conflicto cada vez mayor, la narrativa optimista del mercado colapsará por completo. Los precios del petróleo volverán a subir, los temores de inflación se reavivarán y las esperanzas de recorte de tipos de la Fed se desvanecerán. En este caso, el precio de bitcoin comenzará inevitablemente una segunda ronda de descenso, probando el nivel de soporte clave de USD 92,000 o incluso USD 81,000 en el período anterior.
Escenario 2: El "frágil equilibrio" de la consolidación de alto nivel. Este es un escenario que está ocurriendo actualmente. Si bien reconocen la fragilidad del alto el fuego, los mercados han optado por creer que la intensidad del conflicto seguirá siendo "manejable" y no se convertirá en una guerra a gran escala que requeriría la participación masiva de Estados Unidos. En previsión de una "guerra no catastrófica", el precio del bitcoin puede permanecer por encima de los 100.000 dólares. El mercado entrará en un modo de "escucha al viento", que será extremadamente sensible a cualquier viento y hierba de Oriente Medio, y el precio oscilará entre la esperanza y el miedo.
Escenario tres: la "nueva normalidad" de lento ascenso. Esta es la posibilidad más optimista, pero también la de menor probabilidad. Si el ataque de Israel resulta ser el "golpe final" y Irán elige la paciencia o solo responde simbólicamente, la situación en la región entrará en un período relativamente tranquilo. Esto reforzará las expectativas del mercado sobre un "recorte de tasas por parte de la Reserva Federal". En este caso, Bitcoin podría liberarse de la influencia geopolítica directa y regresar a una trayectoria de lento ascenso dominada por la liquidez macro y la oferta y demanda interna (como el flujo de fondos de ETF), ascendiendo gradualmente.
Para determinar hacia dónde se dirigirá el mercado, los inversores deben prestar atención a los siguientes indicadores clave:
La tormenta no ha pasado. Después de una falsa celebración, el mundo está conteniendo la respiración. El próximo paso de Bitcoin será escrito por el humo disipado sobre Teherán y las decisiones en la sala de reuniones de la Reserva Federal en Washington.