La sabiduría de las relaciones interpersonales: Primero, trata a los conocidos como extraños para mantener el sentido de límites; los que más te pueden herir son los conocidos. Segundo, trata a los nuevos como enemigos; los humanos no tienen enemigos naturales, los semejantes son los enemigos, debes ser malo primero y bueno después, el bien posterior será agradecido y no será abusado. Tercero, trata todas las relaciones como relaciones a corto plazo; cualquier relación es una relación de valor, ninguna relación puede tener valor indefinidamente. Cuarto, considera a los benefactores como caballos de mil li, tú mismo eres el que los elige. Escoge un caballo que sea más rápido que tú para llevarte, así la vida puede acelerarse. Debes cuidar bien al caballo y alimentarlo. Quinto, considera a los demás como perros y a ti mismo como un dios. No hay un sentido despectivo en esta comparación entre perros y dioses, es neutral. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que son perros domesticados y programados, y aún menos se dan cuenta de que ya poseen espiritualidad. Manejar la relación entre humanos y perros, o la relación entre dioses y humanos, será mucho más simple.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La sabiduría de las relaciones interpersonales: Primero, trata a los conocidos como extraños para mantener el sentido de límites; los que más te pueden herir son los conocidos. Segundo, trata a los nuevos como enemigos; los humanos no tienen enemigos naturales, los semejantes son los enemigos, debes ser malo primero y bueno después, el bien posterior será agradecido y no será abusado. Tercero, trata todas las relaciones como relaciones a corto plazo; cualquier relación es una relación de valor, ninguna relación puede tener valor indefinidamente. Cuarto, considera a los benefactores como caballos de mil li, tú mismo eres el que los elige. Escoge un caballo que sea más rápido que tú para llevarte, así la vida puede acelerarse. Debes cuidar bien al caballo y alimentarlo. Quinto, considera a los demás como perros y a ti mismo como un dios. No hay un sentido despectivo en esta comparación entre perros y dioses, es neutral. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que son perros domesticados y programados, y aún menos se dan cuenta de que ya poseen espiritualidad. Manejar la relación entre humanos y perros, o la relación entre dioses y humanos, será mucho más simple.