En un pequeño parque acuático de camping con mis chicos. Paseamos más allá del área de juegos acuáticos y los toboganes y encontramos un río con un estanque escondido detrás. Sin señales, sin cercas, solo agua fluyendo y tranquilidad.
Han pasado la última hora construyendo una presa de roca, tratando de detener el río. Hablamos sobre cómo el agua siempre encuentra un camino. No se rinde, no pregunta. Simplemente se mueve. Es una energía imparable: la misma fuerza que los humanos han estado tratando de aprovechar desde el principio.
Eso se convirtió en una conversación sobre Bitcoin. Sobre cómo es la primera vez que realmente hemos aprendido a almacenar energía — energía real — a través del espacio y el tiempo. Y qué increíble es que yo pueda ser parte de eso, de realmente poseer una parte de esa red.
Pero lo que más me sorprendió fue cómo esta única cosa — Bitcoin — me ha hecho pensar de manera diferente sobre todo. No se trata de ser rico. No se trata de precio. Se trata de tiempo. Cómo lo pasamos. Con quién lo pasamos. Y cómo ver a mis hijos jugar en un río un sábado por la tarde, de alguna manera, ahora se siente como riqueza.
Bitcoin no solo cambió cómo almaceno valor. Cambió lo que valoro.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
En un pequeño parque acuático de camping con mis chicos. Paseamos más allá del área de juegos acuáticos y los toboganes y encontramos un río con un estanque escondido detrás. Sin señales, sin cercas, solo agua fluyendo y tranquilidad.
Han pasado la última hora construyendo una presa de roca, tratando de detener el río. Hablamos sobre cómo el agua siempre encuentra un camino. No se rinde, no pregunta. Simplemente se mueve. Es una energía imparable: la misma fuerza que los humanos han estado tratando de aprovechar desde el principio.
Eso se convirtió en una conversación sobre Bitcoin. Sobre cómo es la primera vez que realmente hemos aprendido a almacenar energía — energía real — a través del espacio y el tiempo. Y qué increíble es que yo pueda ser parte de eso, de realmente poseer una parte de esa red.
Pero lo que más me sorprendió fue cómo esta única cosa — Bitcoin — me ha hecho pensar de manera diferente sobre todo. No se trata de ser rico. No se trata de precio. Se trata de tiempo. Cómo lo pasamos. Con quién lo pasamos. Y cómo ver a mis hijos jugar en un río un sábado por la tarde, de alguna manera, ahora se siente como riqueza.
Bitcoin no solo cambió cómo almaceno valor. Cambió lo que valoro.
Y tal vez ese sea el verdadero punto.