En el último desarrollo en el frente del comercio internacional, el presidente Donald Trump acaba de anunciar que lanzará una nueva 'guerra comercial' mediante la implementación de una serie de medidas arancelarias agresivas dirigidas a la mayoría de los países socios de Estados Unidos. Los nuevos aranceles se espera que entren en vigor la próxima semana, según sus declaraciones en una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro japonés Shigeru Ishiba.
Estrategia de "Represalia" en lugar de impuestos fijos
En su discurso, Trump dijo que revelaría los detalles de las medidas la próxima semana, ya sea el lunes o el martes. "Seremos tratados con equidad, ni más ni menos", afirmó. Aunque no reveló una lista específica de países afectados o los aranceles exactos, la declaración ha generado preocupación entre los socios comerciales de los EE. UU.
A diferencia del plan anterior de aplicar un impuesto fijo del 10 al 20% a todos los productos importados, Trump ahora prioriza el modelo de "tit-for-tat" (tit-for-tat). En consecuencia, las medidas arancelarias estarán diseñadas para "atacar los puntos débiles" de los países que, según él, han perjudicado la economía estadounidense. "Creo que es la única forma justa: nos cobran a nosotros, nosotros les cobramos a ellos", explicó.
Industrias objetivo
Uno de los principales objetivos de esta estrategia es la industria automotriz. Trump enfatizó que los automóviles "siempre están en la mira" y podrían estar sujetos a nuevos aranceles para equilibrar el déficit comercial, especialmente con Europa. Criticó el alto impuesto al valor agregado (VAT) de la Unión Europea, a veces superando el 15%, lo que dificulta la competencia de los productos estadounidenses en el mercado internacional.
Además de la industria automotriz, sectores fundamentales como el acero, el petróleo y los productos farmacéuticos también se incluyen en la lista de campos "golpeados". Trump considera que estos sectores desempeñan un papel importante en mantener la posición dominante de la economía estadounidense en el escenario internacional.
Los recientes desarrollos previos a la guerra comercial
En los últimos días, Trump propuso aplicar un arancel del 25% a los productos importados de Canadá y México, dos países vecinos estratégicos de los Estados Unidos. Sin embargo, después de que Canadá y México se comprometieron a abordar las preocupaciones sobre la seguridad fronteriza, él rápidamente retiró esta decisión.
Mientras tanto, China tampoco se ha librado de la ola de nuevos impuestos. El martes pasado, Estados Unidos aplicó un impuesto del 10% a ciertos productos importados de China, pero este país respondió con un impuesto del 15% a los productos estadounidenses. Aunque China ha suspendido temporalmente algunos impuestos sobre productos baratos enviados directamente a los consumidores estadounidenses, las tensiones comerciales entre las dos potencias siguen aumentando.
Impacto en consumidores y presupuesto federal
Cuando las nuevas medidas fiscales entren en vigor, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) reforzará las inspecciones en 330 puntos de entrada en todo el país, desde aeropuertos y puertos marítimos hasta cruces fronterizos terrestres. El personal de CBP llevará a cabo inspecciones de carga, revisión de documentos y aplicará sanciones a los infractores.
El dinero recaudado de estos impuestos se transferirá directamente al Tesoro de los Estados Unidos. Sin embargo, la carga financiera recae principalmente en las empresas importadoras, lo que las obliga a trasladar este costo adicional a los consumidores ajustando los precios de venta.
Además, según una investigación de JPMorgan, aunque algunos fabricantes extranjeros pueden reducir los precios para apoyar a los socios estadounidenses, esa capacidad de reducción de precios suele ser muy limitada y no es suficiente para compensar el aumento de los costos causados por los aranceles.
Regulaciones fiscales y su significado económico
Según las regulaciones actuales, algunos productos pueden estar exentos de impuestos si se procesan en el extranjero y cumplen con ciertos estándares. Por ejemplo, los productos fabricados en los Estados Unidos y exportados al extranjero para luego regresar sin cambios significativos estarán exentos de impuestos. Por otro lado, si el producto es "mejorado" o "procesado" en el extranjero, como convertir el oro en joyas o ensamblar piezas de automóviles en un coche, estarán sujetos a impuestos al ser importados de nuevo.
En la historia, los aranceles solían ser la principal fuente de ingresos del presupuesto federal de los Estados Unidos. Sin embargo, hoy en día, solo contribuyen con menos del 3% de los ingresos totales del gobierno. Con estas nuevas medidas, algunas estimaciones sugieren que los aranceles de Canadá, México y China podrían causar pérdidas a las empresas estadounidenses de hasta 1.1 billones de dólares en una década. Específicamente, se podrían recaudar cerca de 110 mil millones de dólares en aranceles para el año 2025 si se implementa el plan de Trump.
Es importante tener en cuenta que las medidas fiscales contra China se aplicaron desde el primer mandato de Trump, y luego se ampliaron durante el mandato del presidente Biden, generando actualmente unos ingresos de alrededor de 77 mil millones de dólares al año, a pesar de los impactos negativos significativos en la economía.
Conclusión
Con el reinicio de la guerra comercial, Trump no solo busca reequilibrar la balanza comercial, sino también reafirmar la posición de Estados Unidos en el escenario internacional a través de medidas retaliatorias. Sin embargo, los expertos advierten que si bien estas medidas pueden generar beneficios a corto plazo para la economía estadounidense, también pueden tener consecuencias a largo plazo, afectando negativamente a los consumidores y perturbando la cadena de suministro global. Los países socios y los inversores de todo el mundo están siguiendo de cerca estos acontecimientos, ya que las decisiones de Trump podrían cambiar el panorama económico mundial en el futuro.
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El presidente Trump anuncia una nueva guerra comercial: las medidas arancelarias generarán conmoción
En el último desarrollo en el frente del comercio internacional, el presidente Donald Trump acaba de anunciar que lanzará una nueva 'guerra comercial' mediante la implementación de una serie de medidas arancelarias agresivas dirigidas a la mayoría de los países socios de Estados Unidos. Los nuevos aranceles se espera que entren en vigor la próxima semana, según sus declaraciones en una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro japonés Shigeru Ishiba. Estrategia de "Represalia" en lugar de impuestos fijos En su discurso, Trump dijo que revelaría los detalles de las medidas la próxima semana, ya sea el lunes o el martes. "Seremos tratados con equidad, ni más ni menos", afirmó. Aunque no reveló una lista específica de países afectados o los aranceles exactos, la declaración ha generado preocupación entre los socios comerciales de los EE. UU. A diferencia del plan anterior de aplicar un impuesto fijo del 10 al 20% a todos los productos importados, Trump ahora prioriza el modelo de "tit-for-tat" (tit-for-tat). En consecuencia, las medidas arancelarias estarán diseñadas para "atacar los puntos débiles" de los países que, según él, han perjudicado la economía estadounidense. "Creo que es la única forma justa: nos cobran a nosotros, nosotros les cobramos a ellos", explicó. Industrias objetivo Uno de los principales objetivos de esta estrategia es la industria automotriz. Trump enfatizó que los automóviles "siempre están en la mira" y podrían estar sujetos a nuevos aranceles para equilibrar el déficit comercial, especialmente con Europa. Criticó el alto impuesto al valor agregado (VAT) de la Unión Europea, a veces superando el 15%, lo que dificulta la competencia de los productos estadounidenses en el mercado internacional. Además de la industria automotriz, sectores fundamentales como el acero, el petróleo y los productos farmacéuticos también se incluyen en la lista de campos "golpeados". Trump considera que estos sectores desempeñan un papel importante en mantener la posición dominante de la economía estadounidense en el escenario internacional. Los recientes desarrollos previos a la guerra comercial En los últimos días, Trump propuso aplicar un arancel del 25% a los productos importados de Canadá y México, dos países vecinos estratégicos de los Estados Unidos. Sin embargo, después de que Canadá y México se comprometieron a abordar las preocupaciones sobre la seguridad fronteriza, él rápidamente retiró esta decisión. Mientras tanto, China tampoco se ha librado de la ola de nuevos impuestos. El martes pasado, Estados Unidos aplicó un impuesto del 10% a ciertos productos importados de China, pero este país respondió con un impuesto del 15% a los productos estadounidenses. Aunque China ha suspendido temporalmente algunos impuestos sobre productos baratos enviados directamente a los consumidores estadounidenses, las tensiones comerciales entre las dos potencias siguen aumentando. Impacto en consumidores y presupuesto federal Cuando las nuevas medidas fiscales entren en vigor, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) reforzará las inspecciones en 330 puntos de entrada en todo el país, desde aeropuertos y puertos marítimos hasta cruces fronterizos terrestres. El personal de CBP llevará a cabo inspecciones de carga, revisión de documentos y aplicará sanciones a los infractores. El dinero recaudado de estos impuestos se transferirá directamente al Tesoro de los Estados Unidos. Sin embargo, la carga financiera recae principalmente en las empresas importadoras, lo que las obliga a trasladar este costo adicional a los consumidores ajustando los precios de venta. Además, según una investigación de JPMorgan, aunque algunos fabricantes extranjeros pueden reducir los precios para apoyar a los socios estadounidenses, esa capacidad de reducción de precios suele ser muy limitada y no es suficiente para compensar el aumento de los costos causados por los aranceles. Regulaciones fiscales y su significado económico Según las regulaciones actuales, algunos productos pueden estar exentos de impuestos si se procesan en el extranjero y cumplen con ciertos estándares. Por ejemplo, los productos fabricados en los Estados Unidos y exportados al extranjero para luego regresar sin cambios significativos estarán exentos de impuestos. Por otro lado, si el producto es "mejorado" o "procesado" en el extranjero, como convertir el oro en joyas o ensamblar piezas de automóviles en un coche, estarán sujetos a impuestos al ser importados de nuevo. En la historia, los aranceles solían ser la principal fuente de ingresos del presupuesto federal de los Estados Unidos. Sin embargo, hoy en día, solo contribuyen con menos del 3% de los ingresos totales del gobierno. Con estas nuevas medidas, algunas estimaciones sugieren que los aranceles de Canadá, México y China podrían causar pérdidas a las empresas estadounidenses de hasta 1.1 billones de dólares en una década. Específicamente, se podrían recaudar cerca de 110 mil millones de dólares en aranceles para el año 2025 si se implementa el plan de Trump. Es importante tener en cuenta que las medidas fiscales contra China se aplicaron desde el primer mandato de Trump, y luego se ampliaron durante el mandato del presidente Biden, generando actualmente unos ingresos de alrededor de 77 mil millones de dólares al año, a pesar de los impactos negativos significativos en la economía. Conclusión Con el reinicio de la guerra comercial, Trump no solo busca reequilibrar la balanza comercial, sino también reafirmar la posición de Estados Unidos en el escenario internacional a través de medidas retaliatorias. Sin embargo, los expertos advierten que si bien estas medidas pueden generar beneficios a corto plazo para la economía estadounidense, también pueden tener consecuencias a largo plazo, afectando negativamente a los consumidores y perturbando la cadena de suministro global. Los países socios y los inversores de todo el mundo están siguiendo de cerca estos acontecimientos, ya que las decisiones de Trump podrían cambiar el panorama económico mundial en el futuro.