En este Gran caída, vemos la cara más real de la humanidad: la avaricia y el miedo. Cuando el precio sube, las personas a menudo se sumergen en un optimismo ciego, creyendo que pueden obtener altos retornos fácilmente; pero cuando el precio cae, caen en un pánico extremo y se apresuran a vender sus activos. Este cambio psicológico no solo aumenta la volatilidad del mercado, sino que también hace que muchos inversores paguen un precio muy alto. De hecho, en cualquier campo de inversión, mantener la calma y la racionalidad es la clave del éxito.
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En este Gran caída, vemos la cara más real de la humanidad: la avaricia y el miedo. Cuando el precio sube, las personas a menudo se sumergen en un optimismo ciego, creyendo que pueden obtener altos retornos fácilmente; pero cuando el precio cae, caen en un pánico extremo y se apresuran a vender sus activos. Este cambio psicológico no solo aumenta la volatilidad del mercado, sino que también hace que muchos inversores paguen un precio muy alto. De hecho, en cualquier campo de inversión, mantener la calma y la racionalidad es la clave del éxito.